La cirugía abierta convencional sigue formando parte importante de nuestro arsenal terapéutico pues, aunque la cirugía laparoscópica es siempre la primera opción, no siempre es posible su abordaje sobre todo cuando se trata de grandes masas pélvicas que por su volumen dificultarían el manejo vía laparoscopia.
Utilizamos esta vía también en aquellos casos que, por su complejidad en el estudio preoperatorio, el cirujano no esté seguro de poder obtener los mismos resultados quirúrgicos en cuanto a seguridad y tratamiento.